En los números de junio y julio del Pacific Union Recorder informamos que el Comité Ejecutivo de la Unión del Pacífico votó autorizar la ordenación de pastores sin tomar en cuenta su sexo y que se convenía una sesión constituyente especial para el 19 de agosto para enmendar la constitución de la unión para permitirlo claramente. Después de esos informes varias personas han respondido, mayormente a través de mensajes electrónicos a los oficiales de la Unión del Pacífico. A través de estas páginas los oficiales resumen las preguntas recibidas y proveen información que esperan sea útil a los lectores.
P: ¿Por qué ha publicado el Recorder solamente argumentos que apoyan la ordenación de mujeres como pastores y no han dado cabida a otras opiniones?
R: Durante la mitad del último siglo la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha adoptado varias políticas con las que algunos adventistas leales y fieles no están de acuerdo. Por ejemplo, la política de la iglesia señala que las diaconisas (diáconos femeninos) deberían de ser ordenadas, que las mujeres pueden fungir como ancianos, que las mujeres pueden ser ordenadas como ancianos, que los ancianos pueden bautizar, casar y conducir el servicio de comunión y que las mujeres llamadas y cualificadas pueden servir como pastores. Como resultado de esas políticas oficiales de la iglesia, más de ciento veinte mujeres actualmente sirven como pastores en Norteamérica, incluyendo algunas que sirven como pastores principales en iglesias grandes. Aunque la mayoría de esas mujeres no han sido ordenadas (sino comisionadas) como pastores, llevan a cabo todas o la mayoría de las funciones de los pastores ordenados.
Debido a que la Iglesia Adventista del Séptimo Día está comprometida a seguir la Biblia sin transigir, la iglesia no adoptó esas políticas sin haber estudiado primero lo que la Biblia dice. En 1973, por ejemplo, la Conferencia General solicitó al Biblical Research Institute [Instituto de Investigación Bíblica] (BRI) que reuniese a un grupo de peritos bíblicos y pastores para estudiar lo que la Biblia dice acerca del lugar de la mujer en el ministerio. Ese grupo de trece hombres y catorce mujeres informaron al Concilio Anual: «No vemos ninguna objeción teológica significativa a la ordenación de mujeres al ministerio de la iglesia». A través de los años otros comités han informado consistentemente conclusiones similares. En 1977, Gordon Hyde, director del BRI informó: «Las observaciones presentadas, unidas a la labor llevada a cabo durante un periodo de varios años por el BRI y un comité de estudio, proveen el consenso de los involucrados de que no hay ningún mandato bíblico ni ninguna objeción a la ordenación de las mujeres a cualquier nivel de responsabilidad indicado por la ordenación».
La iglesia mundial nunca aceptó o rechazó oficialmente los puntos de vista de las Escrituras informados por esos comités de estudio sino que las políticas que la iglesia ha adoptado, como se menciona anteriormente, están claramente de acuerdo con las conclusiones de esos comités de estudio.
Ahí es donde surgen las diferencias de opinión. Esas políticas de la iglesia son contrarias a la forma como algunos adventistas del séptimo día interpretan las Escrituras. Algunos miembros y pastores quisieran que la iglesia cambiase radicalmente varias de las políticas actuales en relación a la ordenación de las mujeres al ministerio. Quisieran que cualquier grupo de la iglesia que estudie el papel de la mujer en el ministerio re-estudiase la Biblia y llegase a conclusiones diferentes de las que han obtenido los grupos de estudio anteriores.
Si el comité ejecutivo de la Unión del Pacífico ha votado desafiar las políticas y re-examinar la teología sobre la cual la iglesia ha basado sus políticas en relación a las mujeres en el ministerio, entonces el Recorder hubiese informado ambos lados de la discusión. Pero eso no fue lo que hizo el comité ejecutivo de la Unión del Pacífico. Votó aplicar las políticas existentes consistentemente a todos los pastores para utilizar todos los dones de Dios para terminar su obra. Fue claro, durante las discusiones del Comité de Estudio sobre la Ordenación de la Unión del Pacífico, que los miembros del comité estaban familiarizados con los argumentos bíblicos a favor y en contra de la ordenación de las mujeres. El comité de estudio estuvo de acuerdo con las políticas adoptadas por la iglesia en relación al lugar de las mujeres en el ministerio y el comité ejecutivo votó 42 a 2 tomar el siguiente paso en la aplicación de esas políticas.
Debido a algunas cartas recibidas en la oficina del Recorder, es claro que este enfoque ha decepcionado a algunas personas que deseaban que la unión re-examinase las políticas de la iglesia y su comprensión de las Escrituras.
Porque muchas personas están interesadas en los argumentos bíblicos usados durante las varias décadas del debate, este número del Recorder incluye un vistazo breve de la discusión bíblica. Si esas muestras despiertan su apetito por más estudios bíblicos sobre las mujeres en el ministerio, hemos proveído un enlace a una página Web donde se puede continuar su estudio.
P: Si el voto es positivo durante la sesión especial, ¿significa que las mujeres pastores recibirán el mismo pago que los hombres cuando conduzcan bodas, funerales y bautismos?
R: En la Unión del Pacífico todos los pastores con asignaciones similares reciben ya el mismo pago, sin importar su sexo. Los hombres y las mujeres pastores reciben el mismo salario, seguro médico, prestaciones pastorales, beneficios de retiro y todas las otras áreas de remuneración. También, las mujeres pastores ya están autorizadas a conducir funerales y bodas, bautizar, celebrar la comunión y hacer prácticamente todo lo que los pastores hombres hacen.
El Manual de Iglesia lista dos cosas que un ministro ordenado puede hacer que un ministro comisionado no puede hacer: ordenar ancianos, diáconos y diaconisas; y formar, disolver o unir iglesias. Pero, en Norteamérica, las conferencias forman, disuelven y unen iglesias, no los pastores. En la mayoría de las iglesias en la Unión del Pacífico en las que una mujer es el pastor, la conferencia ya las ha autorizado para ordenar a los líderes locales. Así que si la sesión constituyente aprueba los cambios a la constitución que han sido sugeridos, no hay realmente cosa alguna que los pastores mujeres empezarán a hacer que no hayan hecho ya. Puede haber algunas que podrán empezar a ordenar ancianos pero esa es una porción muy pequeña de la labor del pastor.
P: Pero las mujeres no pueden ser elegidas presidente de la conferencia o la unión, ¿cierto?
R: En muchos lugares tal es el caso pero la constitución de la Unión del Pacífico ha mantenido por años que el presidente debe ser ordenado o comisionado, así que una mujer puede ser elegida presidente de la unión. La mayoría de las mujeres pastores en la Unión del Pacífico son empleadas por la Conferencia del Sureste de California, en la que también pueden ser elegidas como presidente.
La sesión especial no afectará las políticas de las conferencias en la unión o en el mundo. Si la política de la conferencia permite o previene a una mujer fungir como presidente en la actualidad, se aplicará la misma política después de la sesión, sin importar el resultado del voto. Un voto positivo durante la sesión especial no abrirá automáticamente ninguna presidencia a las mujeres, ni cualificará a una mujer pastor a ser elegida presidente que no esté ya cualificada para ese papel.
Pero un voto positivo puede motivar a algunas conferencias a enmendar su constitución o cambiar sus políticas para permitir que las mujeres puedan ser elegidas presidente.
P: ¿Qué cambio habrá en la Unión del Pacífico si los delegados votan sí el 19 de agosto?
R: Esta es fácil. No cambiará ninguna cosa hecha por la Unión del Pacífico. Esta es la razón: Hasta principios de 2002, cada tres meses, cada conferencia de la Unión del Pacífico enviaba una lista de pastores para ser aprobados para ser ordenados y otra lista de pastores para ser aprobados para ser comisionados al comité ejecutivo de la Unión del Pacífico. El comité ejecutivo de la unión aprobaba las ordenaciones en un voto y las comisiones en un segundo voto. Pero a principios de 2002 la Conferencia del Sureste de California (SECC) informó a la unión que sus políticas ahora requerían que los hombres y las mujeres pastores fuesen tratados con igualdad. Por esa razón, todos los pastores de la SECC, tanto hombres como mujeres, serían «ordenados-comisionados». La unión pudo haber reaccionado creando y aprobando tres listas cada trimestre: ordenación, comisión y ordenación-comisión. La unión empezó a poner todas las solicitudes en una lista, ya fuese para ordenación, comisión o para ordenación-comisión. Durante diez años todos los candidatos cualificados han sido aprobados para «ordenación-comisión».
Ese sencillo cambio significa que las conferencias que ordenan hombres y comisionan mujeres reciben la aprobación que solicitan, las conferencias que ordenan hombres y no emplean mujeres como pastores reciben las aprobaciones que solicitan y las conferencias que ordenan-comisionan tanto a hombres como mujeres reciben la aprobación que solicitan. A principios de 2002, cuando la SECC empezó a ordenar tanto hombres como mujeres, eso tampoco requirió de algún cambio de parte de la unión. Todos sus nombres fueron añadidos a una lista para aprobación de «ordenación-comisión» con los demás.
Sin embargo, el voto de la sesión especial es importante. Si los delegados a la sesión especial votan autorizar a la unión a ordenar sin importar el sexo, ese voto significará que la política oficial de la unión está en armonía con la práctica de la unión y que la variedad de políticas de las conferencias son afirmadas oficialmente por la unión.
P: Todas esas políticas de ordenación diferentes para cada conferencia han de crear mucha confusión. ¿Qué sucede cuando una mujer pastor va a un lugar que no tiene la misma política que la del lugar en el que fue ordenada o comisionada?
R: De muchas maneras la Unión del Pacífico es un microcosmo de culturas del todo el mundo. Pero la variedad de prácticas y políticas de ordenación no ha creado conflicto o confusión de ninguna clase. Las iglesias, conferencias y escuelas alrededor del orbe invitan a mujeres a hablar cuando desean que una mujer hable sin importar lo que aparece en su credencial. Cuando una mujer es transferida de una conferencia que ordena mujeres pastores a una conferencia que comisiona mujeres pastores o viceversa, recibe credenciales de acuerdo con la política local y desempeña las funciones que su nuevo patrón le pida que lleve a cabo. La Conferencia General recientemente empleó a una mujer vicepresidente que anteriormente había servido en la Conferencia del Sureste de California y tenía credenciales de «ordenada-comisionada». Sin lugar a dudas, cuando se mudó de Loma Linda a Silver Spring, recibió credenciales nuevas que dicen «comisionada» y trabaja de acuerdo con la política de la Conferencia General. La Conferencia General no ha informado de ningún conflicto o confusión.
P: ¿Qué hará diferente la Unión del Pacífico si los delegados votan no aprobar los cambios?
R: La Unión del Pacífico ha seguido el método descrito de aprobación de ordenación durante diez años —con la constitución vigente. Podemos presumir, si los delegados votan no cambiar la constitución, que la unión no cambiará el proceso que ha estado siguiendo. Sería muy difícil para la unión cambiar el proceso actual porque todos los pastores son empleados, asignados y ordenados/comisionados por las conferencias, de acuerdo con la política de cada conferencia. Ni la Conferencia General, ni la División Norteamericana, ni la unión tienen la autoridad de mandar o cambiar la política de una conferencia en relación a sus empleados.
P: Entonces, ¿por qué se está llamando a una sesión especial? ¿Cambiará alguna cosa?
R: Es verdad que no habrá ningún cambio visible en el futuro cercano. Ya sea que los delegados aprueben o desaprueben las enmiendas, las iglesias de la Unión del Pacífico que han tenido mujeres pastores antes de la sesión continuarán teniendo mujeres pastores después de la sesión, las iglesias que no tienen mujeres pastores continuarán sin mujeres pastores, quienes creen que la Biblia permite o requiere que las mujeres pastores sean tratadas igual que los hombres pastores continuarán creyéndolo y, quienes creen que la Biblia niega la ordenación o el ministerio pastoral a las mujeres continuarán creyéndolo de la misma manera. Pero varias cosas significativas cambiarán seguramente si los delegados aprueban las enmiendas:
- Las mujeres pastores actuales tendrán el conocimiento de contar con el apoyo completo y absoluto, así como con la afirmación de la iglesia, lo mismo que los hombres pastores —por lo menos en la Unión del Pacífico.
- Las jovencitas con el sentido del llamado de Dios para entrar en el ministerio pastoral sabrán que la Unión del Pacífico no les negará un llamado debido a su sexo. Con el tiempo, esto probablemente resultará en un mayor número de candidatos cualificados, punto, sin importar su sexo.
- Las conferencias estarán capacitadas oficialmente, sin reservación, a adoptar y promulgar políticas que reflejen las necesidades de su misión, ya sea que incluya a mujeres pastores o no. Recientemente, la Conferencia del Sur de California (SCC) votó empezar a ordenar mujeres pastores cuando la Unión del Pacífico lo autorice oficialmente. Así que si los delegados aprueban el cambio, las mujeres pastores en la SCC serán ordenadas en lugar de ser comisionadas. En el futuro, otras conferencias en la Unión del Pacífico pueden o no seguir pasos similares.
- Dado que, en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la política generalmente se ajusta a seguir las prácticas en curso, la iglesia mundial puede reconocer que la flexibilidad demostrada en la Unión del Pacífico es una manera buena y apropiada de resolver este tema alrededor del mundo, preservando unidad a la vez que se facilita la misión de la iglesia.
P: El presidente de la Conferencia General ha iniciado un proceso para estudiar la teología de la ordenación. El estudio está programado para concluir en 2014, con una acción posible en la sesión de la Conferencia General en 2015. ¿Por qué no espera la Unión del Pacífico para que ese estudio se lleve a cabo antes de tomar acción?
R: El comité ejecutivo decidió permitir que los constituyentes tomasen esa decisión. Los delegados pueden decidir esperar. El presidente de la Conferencia General ha asignado dos representantes para apelar a los delegados a esperar. Pero hay varias cosas que los delegados probablemente deben considerar antes de votar esperar. Primero, durante treinta años la iglesia ha estado tratando de desarrollar una política de ordenación que se encaje a todo el mundo. En 2010 el entonces presidente de la Conferencia General, Jan Paulsen, hizo una encuesta con los trece presidentes de división. Tres de las divisiones informaron que la ordenación de mujeres sería de mucha ayuda y aceptable, y ocho de las divisiones informaron que sería inaceptable en la cultura en la que se encuentran para ganar discípulos para Cristo (dos, aparentemente, no respondieron).
Parece ser claro para muchos líderes de la iglesia que si se adopta una política para todos, la obra de Dios en algunas partes del mundo se beneficiaría mientras que la obra de Dios en otras partes del mundo sufriría. Un mismo método para todo el mundo parece ser contrario a la Biblia, en la que Pablo dijo que «a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos» (1 Corintios 9:22). Pareciera ser contrario al consejo de Elena White, quien dijo varias veces que la labor no debería de hacerse de la misma manera en todas partes; y es ciertamente contrario a la razón por la cual se formaron uniones en primer lugar —para permitir que el Espíritu de Dios guíe de distintas maneras en las diversas partes del mundo. Por lo menos esa es la visión del comité ejecutivo de la Unión del Pacífico. Los delegados están en libertad de estar o no de acuerdo.
P: La iglesia votó en 1990 no ordenar mujeres y en 1995 votó no delegar la decisión de la ordenación a las trece divisiones. ¿Por qué tomaría la Unión del Pacífico una acción en contra de esos votos?
R: La Iglesia Adventista del Séptimo Día no tiene una política o doctrina limitando la ordenación a hombres, aunque es una práctica en curso. Los votos de la Conferencia General (CG) en 1990 y 1995 fueron votos para no crear una política de ordenación en esa instancia. Para que esos votos se tornen en política de la iglesia, deberían de escribirse cuidadosamente políticas que sean votadas y añadidas al libro de más de novecientas páginas que es el GC Working Policy [Política de trabajo de la CG] o al Manual de Iglesia. Tales políticas no han sido consideradas.
Una situación similar surgió en 1975. La CG votó ese año que las diaconisas deberían ser ordenadas. Pero en la sesión de 2010 se debatió acaloradamente si se debería de añadir al Manual de Iglesia. Muchos delegados probablemente se preguntaron por qué se estaba discutiendo todavía la ordenación de las diaconisas treinta y cinco años después de haber sido votado pero los administradores de la iglesia sabían exactamente por qué: porque hasta que la acción votada en 1975 fuese añadida al GC Working Policy o al Manual de Iglesia, era solamente una directriz para ser usada por las iglesias en aquellas partes del mundo en las que la iglesia la encontraba útil para su misión.
Lo mismo se aplica a los votos de 1990 y 1995. Por eso es que el ex presidente Jan Paulsen pudo decir acerca de la ordenación de las mujeres en 2006: «Hemos hablado acerca de esto y lo hemos considerado en más de una ocasión, pero no hemos sido capaces de tomar una decisión en este asunto afirmando una dirección que la iglesia global pueda seguir».
No se ha sugerido ninguna política de ordenación desde 1990 y 1995. El comité ejecutivo de la Unión del Pacífico cree que es tiempo de reconocer que una política global no es la respuesta a este problema de 130 años. La política de la CG especifica que la autoridad final y la responsabilidad de decidir quién debería de ser ordenado recae en las uniones. El comité ejecutivo de la Unión del Pacífico cree que este problema desconcertante se resuelve cuando las uniones ejercitan su responsabilidad en lugar de esperar una política mundial.
P: Si la Unión del Pacífico desarrolla una política de ordenación antes de que la Conferencia General vote una política, ¿es eso rebelión contra la iglesia mundial?
R: No. Las uniones fueron adoptadas por la iglesia mundial en 1901 para permitir flexibilidad en métodos de ministrar en distintas partes del mundo. La Iglesia Adventista del Séptimo Día no es gobernada por una jerarquía. De hecho, la iglesia se ha sentido tan convencida de esto, que en la reorganización de la iglesia en 1901, adoptaron una constitución que no incluye al presidente de la CG. En nuestra iglesia toda la autoridad se deriva de la membresía. La membresía asigna ciertas responsabilidades y autoridad a los niveles más «elevados» de la organización de la iglesia. Por ejemplo, la iglesia mundial asigna misioneros a varias partes del mundo y administra el presupuesto para las misiones mundiales. La iglesia mundial adopta votos de bautismo en común y políticas de membresía pero solamente la iglesia local tiene la autoridad de decidir quién ha de ser o no ser miembro de una iglesia en particular. El Manual de Iglesia dice que trabajar en sábado es una razón para que un miembro sea expulsado pero solo la iglesia local tiene la autoridad de decidir si un miembro que trabaja en sábado será expulsado. La decisión de la iglesia local no puede ser ordenada o vetada por la conferencia, la unión, la división o la CG.
Este sistema de gobierno fue votado por nuestros pioneros porque creían que capacitaría al Espíritu Santo a guiar mejor en las vidas de la mayoría de la gente, resultando en un ministerio más efectivo de la iglesia alrededor del mundo.
De la misma forma, la iglesia mundial vota políticas de empleo para pastores pero solamente la conferencia local decide quién será empleado y dónde será asignado. La iglesia mundial vota cualificaciones para la ordenación, pero solamente la unión tiene la autoridad de decidir quién será aprobado para la ordenación.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día no estaría teniendo esta discusión acerca de la ordenación de mujeres al ministerio si la iglesia fuese una jerarquía: la Conferencia General tomaría la decisión y las uniones y conferencias tendrían que obedecer. No tendríamos esta discusión si fuésemos congregacionalistas: cada iglesia tomaría su decisión y nadie de las oficinas mundiales podría quejarse. Estamos enfrascados en esta discusión debido a la naturaleza especial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la que ningún nivel de la iglesia tiene la autoridad final en todo.
Un documento producido recientemente por la Conferencia General comentó correctamente que la distribución de autoridad en la iglesia crea una tensión entre las perspectivas de la iglesia mundial y las perspectivas locales. Esa tensión debería ser una conversación amistosa y cordial entre líderes mundiales —que generalmente creen que la obra de Dios procedería más eficientemente si las uniones, conferencias e iglesias locales se ajustasen a las políticas mundiales— y los líderes locales que generalmente creen que la obra de Dios puede hacerse más eficientemente si se planifica al nivel local, sin interferencia.
P: El comité de la constitución ha sugerido que la constitución debería ser cambiada para decir que las políticas de la Unión del Pacífico estarán «en general» en armonía con las políticas de la iglesia mundial. ¿No abre eso las puertas a la rebelión y la apostasía?
R: No. Podría, si esa oración fuese lo único que nos une. Pero la Unión del Pacífico ha sido leal en su apoyo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día mundial desde 1901 y esa declaración —que las políticas de esta unión estarán en armonía con la política de la CG— no fue añadida hasta cien años después, en 2001. Unas cuantas frases antes de la frase a ser cambiada, la constitución declara que el propósito de la Unión del Pacífico es «promover la misión mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día». La siguiente frase después de la frase a ser cambiada dice: «Esta unión proseguirá los fines de la iglesia en armonía con las doctrinas, programas e iniciativas adoptadas y aprobadas por la Conferencia General de Adventistas del Séptimo Día en sesión constituyente».
Cualquiera sea el resultado de esta sesión especial, todos los Adventistas del Séptimo Día son hermanos y hermanas en Cristo, unidos por su amor hacia nosotros, por nuestro amor hacia él y por nuestro amor mutuo. Los oficiales de la Unión del Pacífico y los miembros del comité ejecutivo invitan a todos los miembros en nuestro territorio a estudiar la situación cuidadosamente, a orar para que el Espíritu Santo guíe la discusión y los votos y, para resolver cualquiera sea el resultado final, permaneceremos unidos en nuestro propósito —predicar las buenas nuevas de salvación en Cristo y preparar a un pueblo para su pronta venida.