For years, the Southeastern California Conference (SECC) has been intentional about supporting pastors and their families as they fulfill their calling. This year, for the first time since the covid pandemic, they were able to host a special event specifically for ministerial spouses.
“Pastors have a special calling, but their spouses are also called to minister,” said Anita Roberts, ministerial spouse ministry coordinator for the SECC. “You support one another, but ministerial spouses also have to find what it is God has for them personally. It is absolutely crucial we recognize and encourage this.”
In March, the SECC held a brunch for ministerial spouses, complete with fine china, candles, fresh fruit, pastries, and made-to-order omelets. Attendees received gifts donated by Pacific Press and the North American Division, and prizes were awarded after a set of icebreaker games.
“My desire was for them to engage in conversation and relaxation,” Roberts explained.
The presenter during the brunch was Cindy Mercer, author of Pray Big, one of the gifts given to attendees. Mercer shared her story of coming to God through brokenness and surrender, a story told with transparency and power.
Following the presentation, attendees were invited to find someone they didn’t already know well and share something they could pray about for each other.
“It was a beautiful time of truly just encouraging one another and praying together,” Roberts recalled. “The Holy Spirit refreshed and recharged everyone present.”
The event was on a Sunday, which Roberts admits is a difficult day to get people to participate. Out of approximately 165 ministerial spouses in the conference, only 30 attended the brunch.
“It will take a while to build this event, but I’m hopeful it will grow,” Roberts shared. “We will also do additional things throughout the year to connect, share, and build each other up. They need to know we’re here for them, too.”
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By Becky St. Clair
«También estamos aquí para ellos»: SECC evento ministerial de cónyuges post covid
Durante años, la Southeastern California Conference (SECC) ha sido intencional al apoyar a los pastores y sus familias a medida que cumplen con su llamado. Este año, por primera vez desde la pandemia de covid, pudieron organizar un evento especial específicamente para cónyuges ministeriales.
«Los pastores tienen un llamado especial, pero sus cónyuges también son llamados a ministrar», dijo Anita Roberts, coordinadora del ministerio de cónyuges de la SECC. «Ustedes se apoyan mutuamente, pero también los cónyuges ministeriales tienen que encontrar lo que Dios tiene para ellos personalmente. Es absolutamente crucial que eso sea reconocido y fomentado».
En marzo, la SECC celebró un brunch para cónyuges ministeriales, con porcelana fina, velas, fruta fresca, pasteles y tortillas de huevo hechas a la orden. Los asistentes recibieron regalos donados por la Pacific Press y la División Norteamericana, y los premios fueron otorgados después de una serie de juegos para romper el hielo.
«Mi deseo era que participacen en conversación y relajación», explicó Roberts.
La presentadora durante el brunch fue Cindy Mercer, autora de Pray Big, uno de los regalos entregados a los asistentes. Mercer compartió su historia de venir a Dios a través del quebrantamiento y el sometimiento, una historia contada con transparencia y poder.
Después de la presentación, se invitó a los asistentes a encontrar a alguien que aún no conocían y compartir algo por lo que pudiesen orar el uno por el otro.
«Fue un hermoso momento para animarnos unos a otros y orar juntos», recordó Roberts. «El Espíritu Santo renovó y animó a todos los presentes».
El evento fue un domingo, lo que Roberts admite que es un día difícil para que la gente participe. De aproximadamente 165 cónyuges ministeriales en la conferencia, solo 30 asistieron al brunch.
«Tomará tiempo establecer ese evento, pero tengo la esperanza de que crezca», compartió Roberts. «También haremos cosas adicionales a lo largo del año para conectarnos, compartir y edificarnos mutuamente. Necesitan saber que también estamos aquí para ellos».
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Por Becky St. Clair