Casa Grande Church Dedication

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Rhonda Smith recounts the history of the Casa Grande church.
Rhonda Smith recounts the history of the Casa Grande church.

The journey to find a new home for the Casa Grande church was marked by self-discovery and challenges to be overcome. Mike Soto, former Casa Grande pastor, recalled that the challenges “helped the church grow together because it led the church to practically realize that they are the church and not the building.” 

When the church had to leave the location they had been leasing several years ago, they began an earnest search and discovery period to find the “best” location. At first, the plans were to purchase property and build a new church. That shifted and changed through the months of planning. The church looked at sites in neighborhoods and on vacant lots on the outskirts of town.

“I remember the Sabbath we had to be out,” Soto said. “We gathered for a prayer vigil, and we had to depend on God and each other to succeed. It led us to think about what the essence of a church is and what’s its purpose.”

Pastor Don Bishop and his wife, Annette, lead out in the church dedication litany at the conclusion of the church dedication service.
Pastor Don Bishop and his wife, Annette, lead out in the church dedication litany at the conclusion of the church dedication service.

However, the various possibilities faced one obstacle after another. Then a property in the downtown area of Casa Grande became an intriguing option for the church. The old Social Security office just off the main business district of “old town” Casa Grande went on the market. The storefront property would need to be renovated to fit the needs of a church, but the idea of being downtown appealed to the congregation as they revisited their mission and purpose.

Soto says the church began to realize that a location in the downtown area would give it a distinctive advantage. “The downtown would allow us to understand the community better, assess needs, and plan accordingly. A high traffic area would provide a unique opportunity for the church to be ‘seen’ where a location secluded in a neighborhood wouldn’t.”

Church member Rhonda Smith agreed with Soto’s perspective: “Being downtown puts us in a great place to reach people.  We can intersect with them more naturally and, hopefully, productively.”

The downtown location was not without its own challenges as the church building committee and contractors worked to meet city building codes, renovate the office space into a church space, and address the different perspectives of church members that at times were in conflict. 

Craig McFarland, Casa Grande mayor (left), talks with Greg Fortney, Casa Grande church head elder.
Craig McFarland, Casa Grande mayor (left), talks with Greg Fortney, Casa Grande church head elder.

As work progressed on the building, the congregation met in the side room of the old theater building down the street. Pastor Soto took a call to the Tempe church and Pastor Don Bishop and his wife, Annette, arrived to carry the church through the process to the grand opening on April 20. “The grand opening was forgetting the differences that may have been in the past, reviewing how God has led us faithfully, and coming together for a common purpose,” commented Smith. 

Pastor Bishop sees a vibrant future for the church. “Our vision and dream for the church is that it will be warm place of welcome that attracts the community,” he said. His vision is also linked to the church’s location. “We want to develop great relationships with our community through classes, programs, and groups that will meet the community needs,” Bishop continued. “A place where people can come to find hope.”

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By Jeff Rogers

 

 

Dedicación de la iglesia de Casa Grande

 

Rhonda Smith relata la historia de la iglesia de Casa Grande.
Rhonda Smith relata la historia de la iglesia de Casa Grande.

La trayectoria para encontrar un nuevo hogar para la iglesia de Casa Grande estuvo marcada por el autodescubrimiento y desafíos que superar. Mike Soto, expastor de Casa Grande, recordó que los desafíos «ayudaron a la iglesia a crecer porque llevaron a la iglesia a darse cuenta prácticamente de que ellos son la iglesia y no el edificio». 

Cuando la iglesia tuvo que abandonar el lugar que habían estado alquilando desde hace varios años, comenzaron un período de búsqueda para encontrar la «mejor» ubicación. Al principio, los planes eran comprar una propiedad y construir una iglesia. Eso cambió a lo largo de los meses. La iglesia buscó sitios en vecindarios y lotes baldíos en las afueras de la ciudad.

«Recuerdo que un sábado tuvimos que salir», dijo Soto. «Nos reunimos para una vigilia de oración, y tuvimos que depender de Dios y de los demás para tener éxito. Eso nos llevó a pensar en cuál es la esencia de una iglesia y cuál es su propósito».

El pastor Don Bishop y su esposa, Annette, en en la conclusión del servicio de culto.
El pastor Don Bishop y su esposa, Annette, en en la conclusión del servicio de culto.

Sin embargo las diversas posibilidades se enfrentaban a un obstáculo tras otro. Después, una propiedad en el centro de Casa Grande se convirtió en una opción intrigante para la iglesia. La antigua oficina del Seguro Social, justo al lado del principal distrito comercial de «old town», Casa Grande, salió al mercado. La propiedad tendría que ser renovada para adaptarse a las necesidades de la iglesia, pero la idea de estar en el centro mismo de la ciudad atrajo a la congregación cuando consideraron su misión y propósito.

Soto dice que la iglesia comenzó a darse cuenta de que una ubicación en el centro de la ciudad le daría una ventaja distintiva. «El centro de la ciudad nos permitiría entender mejor a la comunidad, evaluar las necesidades y planificar en consecuencia. Un área de alto tráfico proporcionaría una oportunidad especial para que la iglesia sea “vista” y un lugar aislado en un vecindario no lo haría».

Rhonda Smith, miembro de la Iglesia, estuvo de acuerdo con la perspectiva de Soto: «Estar en el centro de la ciudad nos coloca en un lugar ideal para llegar a la gente.  Podemos cruzarnos con ellos de forma más natural y, con suerte, productiva».

La ubicación en el centro de la ciudad no estuvo exenta de desafíos, ya que el comité de construcción de la iglesia y los contratistas trabajaron para cumplir con los códigos de construcción de la ciudad, renovar el espacio de oficinas para convertirlo en un espacio de iglesia y abordar las diferentes perspectivas de los miembros de la iglesia que, a veces, estaban en conflicto. 

Craig McFarland, alcalde de Casa Grande (izquierda), habla con Greg Fortney, primer anciano de la iglesia de Casa Grande.
Craig McFarland, alcalde de Casa Grande (izquierda), habla con Greg Fortney, primer anciano de la iglesia de Casa Grande.

A medida que avanzaban la obra la congregación se reunió en la sala lateral del antiguo edificio del teatro al final de la calle. El pastor Soto aceptó un llamado a la iglesia de Tempe y el pastor Don Bishop y su esposa, Annette, llegaron para llevar a la iglesia a través del proceso hasta la gran inauguración el 20 de abril. «La gran inauguración ayudó a olvidar las diferencias que pudo haber habido en el pasado, recordar cómo Dios nos ha guiado fielmente y unirnos para un propósito común», comentó Smith. 

El pastor Bishop ve un futuro vibrante para la iglesia. «Nuestra visión y sueño para la iglesia es que sea un lugar cálido que atraiga a la comunidad», dijo. Su visión también está ligada a la ubicación de la iglesia. «Queremos desarrollar excelentes relaciones con nuestra comunidad a través de clases, programas y grupos que satisfagan las necesidades de la comunidad», continuó Bishop. «Un lugar donde la gente pueda venir a encontrar esperanza».

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Por Jeff Rogers