“My job is to hook kids on music so they don’t lose that vital part of the human soul that is fed when they make music together,” said Michael Spencer, vice principal and performing arts teacher at Escondido Adventist Academy. Spencer brought students to all four of the music festivals sponsored by the Southeastern California Conference (SECC) Office of Education in February and March: choir, band, intermediate handbells, and advanced handbells.
“These events were designed specifically with junior high students in mind,” explained Datha Tickner, SECC education superintendent. Around 450 students from 13 schools attended the annual festivals.
Each daylong intensive ends with a performance. Students work on the music ahead of time, but the festival is where the magic happens.
Most pre-college bands are instrumentally incomplete,” Spencer said. “At a festival, you get to hear all the pieces and parts come together. We bring out the best in each other.”
Clinicians spend the day working with ensembles, offering tips and strengthening technique before directing the final performance. Students present a variety of music—everything from scripture songs to civil rights anthems, from film pieces to original compositions, and more.
It gave me a chance to do what music does best: connect with people, express my creativity and talent, and show God’s love.
“I’m really glad I attended,” commented Liana Leukert of Loma Linda Academy. “It gave me a chance to do what music does best: connect with people, express my creativity and talent, and show God’s love.”
Spencer added that keeping kids engaged in music supports the church’s future.
“The purpose of music in church has always been to strengthen the faithful,” he said. “Music gives us hope, and that’s why we come to church on Sabbath morning.”
Tickner agreed, saying often she leaves a church service moved more by the music than the spoken word.
“Music is powerful,” she concluded. “Music feeds your soul and being part of it is an emotional, spiritual experience. Ensembles build confidence and motivates them to be part of praise bands, play instruments with the hymns, lead the singing, or present special music. Music is a unique ministry, and it is vital that we continue to provide that for our schools, our churches, and our communities.”
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By Becky St. Clair
«Sacar a relucir lo mejor de cada uno»: festivales de música de SECC
«Mi trabajo es enganchar a los niños a la música para que no pierdan esa parte vital del alma humana que se alimenta cuando hacen música juntos», dijo Michael Spencer, subdirector y maestro de artes escénicas de la Escondido Adventist Academy. Spencer llevó a los estudiantes a los cuatro festivales de música patrocinados por el departamento de educación de la Southeastern California Conference (SECC) en febrero y marzo: coro, banda, campanas intermedias y campanas avanzadas.
«Esos eventos fueron diseñados pensando específicamente en los estudiantes de high school», explicó Datha Tickner, superintendente de educación de SECC. Alrededor de 450 estudiantes de 13 escuelas asisten a los festivales anuales.
Cada intensivo día termina con una actuación. Los estudiantes trabajan en la música con anticipación, pero el festival es donde la magia toma lugar.
«La mayoría de las bandas estudiantiles están instrumentalmente incompletas», dijo Spencer. «En un festival, puedes escuchar todas las piezas y partes juntas. Sacamos a relucir lo mejor de cada uno».
Los clínicos pasan el día trabajando con conjuntos, ofreciendo consejos y técnicas de fortalecimiento antes de dirigir la actuación final. Los estudiantes presentan una variedad de música —desde cantos de las Escrituras hasta himnos de los derechos civiles, piezas de películas hasta composiciones originales y más—.
«Me dio la oportunidad de hacer lo que la música hace mejor: conectarme con la gente, expresar mi creatividad y talento, y mostrar el amor de Dios».
«Estoy muy contenta de haber asistido», comentó Liana Leukert de Loma Linda Academy. «Me dio la oportunidad de hacer lo que la música hace mejor: conectarme con la gente, expresar mi creatividad y talento, y mostrar el amor de Dios».
Spencer agregó que mantener a los niños involucrados en la música apoya el futuro de la iglesia.
«El propósito de la música en la iglesia siempre ha sido inspirar a los fieles», dijo. «La música nos da esperanza y es por eso que venimos a la iglesia el sábado por la mañana».
Tickner estuvo de acuerdo, diciendo que a menudo sale de un servicio religioso conmovida más por la música que por la predicación.
«La música es impactante», concluyó. «La música alimenta tu alma y ser parte de ella es una experiencia emocional y espiritual. Los conjuntos crean confianza y los motivan a formar parte de bandos de alabanza, tocar instrumentos con los himnos, dirigir el canto o presentar música especial. La música es un ministerio especial y es vital que continuemos proporcionándola a nuestras escuelas, nuestras iglesias y nuestras comunidades».
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Por Becky St. Clair